miércoles, 4 de julio de 2007

Eternidad

Escucho una canción antigua. Una canción sin relevancia biográfica. Y recuerdo. O actualizo, en realidad, una sensación. Algo parecido a dejarse llevar en un coche por una carretera olvidada. Con el tiempo encerrado en la cabina del automóvil. Casi esa es la sensación. Casi es esa la única verdad. Estar preso con el tiempo. El tiempo detenido, porque lo que corre es el espacio de fuera, no el tiempo, y percibir, aunque vagamente, su detención: la eternidad. Desprovista de historia y de propósito. Con su caricia teñida de melancolía.